Por: Taimí Antigua Lorenzo
Greater Sudbury es la ciudad más grande en población en el norte de Ontario, Canadá. Con 330 lagos dentro de sus fronteras, Sudbury tiene más lagos que ninguna otra municipalidad en Canadá. Entre los más notables están el Lago Wanapitei, catalogado en 2001 por Guinness Book of World Records como el mayor dentro de una ciudad, y el Lago Ramsey, a 20 km de éste, que tuvo esta categoría hasta entonces pero la perdió por nuevas delimitaciones en la región.
En la esquina suroeste del lago Ramsey se encuentra el museo de ciencias naturales Science North, la principal atracción turística de Sudbury, que ofrece tours en barco varias veces al día por el lago.
El Bell Park de la ciudad también se encuentra ahí. Esta zona en la orilla este era propiedad privada de William J. Bell, un magnate local, quien al morir la donó a la ciudad. Dentro de este parque se encuentra el anfiteatro Grace Hartman, en honor a la primera mujer que logró ser alcaldesa en Sudbury (el 5 de octubre de 1966).
Este anfiteatro es el lugar donde se celebran anualmente muchos eventos culturales, entre ellos, el Festival de la Aurora Boreal, el Festival del Verano y competencias de cayacks. En tanto, el paseo Jim Gordon (en honor a su promotor) conecta los dos sitios junto al lago.
Al este del lago se encuentra Moonlight Beach, una popular instalación recreativa, así como el área de conservación del Lago Laurentian, que es un vasto parque natural con programas recreativos y educacionales.
Pueden verse las rocas del periodo Precámbrico que abundan en la zona y que son una de las características distintivas de Sudbury, como remanente del impacto de un meteorito que cayó aquí hace 1.85 millones de años atrás.
Cuando el visitante va caminando por el paseo puede ver letreros avisando que “las playas” están sin vigilancia de salvavidas, por lo cual, quien se bañe lo hace a su propio riesgo. Un canadiense llama “playa” a pequeños entrantes como este con un poco de arena oscura.
No puedo dejar de reírme porque para un cubano eso no es una playa, sino una orilla insignificante. Ello me remite a justificar el por qué del flujo turístico canadiense hacia Cuba y otros lugares del Caribe.
Me quedo pensando que, excepto en julio y agosto, podrían quitar los letreritos para protegerlos de las inclemencias del tiempo. Porque con 2 grados sobre cero y un viento que te hace sentir que estás a 5 grados bajo cero, díganme ustedes lectores: ¿quién va a meterse en esas "playas"? Pero de que los hay que se atreven, los hay, sin dudas, aunque hasta ahora no he conocido un cubano atrevido en el Lago Ramsey.
En varios puntos alrededor del lago hay placas dedicadas a los principales contribuyentes a la creación de las obras que bordean el lago, así como un monumento erigido a los mineros, ya que la minería es la principal actividad económica de esta área geográfica tan rica en níquel, cobre, oro y minerales en general… aunque esta cubana no encontró ninguna pepita de oro durante su recorrido.