“Historia de la casita de Alexander”
Por: Taimí Antigua Lorenzo
Esta es la historia de un niño que tiene fuerza destructora de huracán.
Su mamá se pasó todo el lunes haciéndole una casita de madera para que metiera sus muñequitos, pasó tremendo trabajo pegando las maderitas e inventando para que la casita quedara firme.
La mamá tuvo que pensar mucho en cómo colocar las maderitas para que la casita quedara fuerte y no se cayera. El pegamento para madera era especial y todo parecía indicar que la casita había quedado como a prueba de huracanes.
Pudo haber hecho un buen diseño, pero no tenía cerca a sus amigos arquitectos Raulito Parra ni Ernesto Gomila, entonces se las tuvo que arreglar sola para inventarla.
Dejó secar bien la casita la noche del lunes y el martes al amanecer se la dio a Alexander para que la disfrutara.
Su mamá se pasó todo el lunes haciéndole una casita de madera para que metiera sus muñequitos, pasó tremendo trabajo pegando las maderitas e inventando para que la casita quedara firme.
La mamá tuvo que pensar mucho en cómo colocar las maderitas para que la casita quedara fuerte y no se cayera. El pegamento para madera era especial y todo parecía indicar que la casita había quedado como a prueba de huracanes.
Pudo haber hecho un buen diseño, pero no tenía cerca a sus amigos arquitectos Raulito Parra ni Ernesto Gomila, entonces se las tuvo que arreglar sola para inventarla.
Dejó secar bien la casita la noche del lunes y el martes al amanecer se la dio a Alexander para que la disfrutara.
8:30 a.m.: Alex le arrancó tres maderitas del balcón de un viaje. La mamá abrió los ojos.
8:45 a.m.: Ya le faltaba un balcón completo.
9:00 a.m.: La casita había perdido todo un costado y las dos columnas que aguantaban el segundo piso.
9:30 a.m.: Quedaba la mitad de la casita.
10:00 a.m.: Alexander despegó un dado de plástico que la mamá había puesto junto a otros 3 como decoración arriba de la casita. La mamá corrió a quitárselo antes de que se lo tragara.
10:15 a.m.: Quedaban las bases de la casita por un costado.
10:20 a.m.: Sólo quedaba la tabla donde la mamá había construido la casita.
Ahora tengo todas las maderitas guardadas hasta que me entren ganas de inventar otra casita. Quizá las bote porque no creo que pueda despegar las piezas que quedaron sin despegar. Pero me pregunto cómo fue posible que lo hiciera cuando a mí me costó trabajo despegar dos maderitas. Sólo se salvaron las que estaban pegadas al cartón haciendo de techo al segundo piso. Se aceptan sugerencias para la próxima. Cualquier semejanza con las viviendas de bajo costo que inventaron en Cuba es pura coincidencia. ¡Demasiada influencia de construir con materiales de bajo costo en Cuba tras los ciclones!